Déjame que te cuente:
Los reyes magos son tres, aunque algunos dicen que eran cuatro y que uno se perdió en el camino. Otros dicen que eran doce y hay quien afirma que eran quinientos.
En la antigüedad se les llamaba magos no solo a los hechiceros, si no también a los sabios. Así que en realidad cuando decían reyes magos se referían a los reyes sabios.
Tengo pocos recuerdos del día de reyes en mi infancia. Recuerdo que cuando tenia como cinco años, a mi hermana Rebe le trajeron un burrito de planchar y una planchita que se conectaba realmente a la luz y funcionaba como las planchas grandes. Tal vez lo recuerdo porque accidentalmente me queme la pierna queriendo utilizarla.
Como ya sabes los reyes magos se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar. ¿Pero recuerdas que te dije que uno se había perdido en el camino? Bueno pues este se llamaba Artaban.
Mi segundo recuerdo que tengo de el día de reyes es que mas o menos a los ocho o nueve años, los reyes magos me trajeron un enorme carro de madera, donde cabía perfectamente un niño sentado. Recuerdo que cuando salí a la calle a jugar, uno de mis amiguitos tenia un hermoso carro de lamina y se lo cambie por el mío de madera. Aunque cuando se di cuenta mi mamá, fue y lo recupero.
Melchor, uno de los reyes magos, era un hombre de barba blanca y larga venia de Europa, montaba un camello y traía como regalo para el niño dios; oro. Algo muy digno para un rey.
Recuerdo que un día antes que llegaran los reyes magos, tenias que dejar en tu zapato tu cartita, para que los reyes pudieran saber donde poner tus regalos y una bolsas de colación. Ahora son mas prácticos, te dejan tu bolsa de tutsi pop.
El siguiente rey era Gaspar. Montado en un caballo, traía como regalo incienso, en reconocimiento al carácter divino del niño en el pesebre. Venia de Asia y tenia el cabello y la barba de color castaño.
Algo gracioso de esos días de reyes cuando era yo niño, era que la mayoría se quejaba de que los reyes nunca traían lo que uno pedía en la cartita. Pedías un carro de pedales y te traían uno para empujar. Pedías una muñeca que abriera los ojos y te traían un muñeco que nunca los cerraba. Eran los reyes sabios, pero algo distraídos.
Y ahora por ultimo, el rey Baltasar. Venia del África, era un negrito simpático montado en un elefante. Traía como regalo mirra, un compuesto para embalsamar en señal de su carácter mortal del niño Jesús.
Debemos confesarles, que cuando mas disfrutamos de la llegada del día de reyes, fue con nuestros hijos. Cuando hacían sus cartas, cuando se levantaban de madrugada apenas se habían ido los reyes.
Se nos olvidaba decirles que en muestra de agradecimiento, el niño dios les regalo la vida eterna a los reyes magos. Es por eso que cada año, el seis de enero, hacen su recorrido por todas las casas llevando regalos a los niños que se portan bien. Y a lo niños que se portan mal les dejan carbón.
Aun recordamos la emoción de alegría en las caritas de nuestros hijos, viniendo a despertar a papá y mamá, para avisarles que habían llegado los reyes.
Esas son las cosas que mas recordamos del día de reyes.